Hoy ha sido agotador. Otra vez. Hemos comenzado el día bajando hasta el extremo sur de Manhattan, hasta el fondo del downtown. Hemos visitado el Financial district, la calle Wall (más conocida como Wall Street), y las dos curiosas iglesias que permanecen rodeadas de rascacielos, con sus jardines y cementerios... lo de descansar en paz en este caso es un decir.
Hemos visto la Zona Cero, que sigue exactamente igual que hace cinco años, y hemos recorrido las calles hasta el Pier 17, un muelle reconvertido en centro comercial con las mejores vistas del puente de Brooklyn.
Después nos hemos acercado al City Hall y hemos cruzado hasta Brooklyn por la pasarela de madera del Brooklyn Bridge.
Para comer, nada mejor que un pato pekinés en un restaurante chino de Chinatown, y un capuccino en un café de Little Italy. Lo del café suena fácil pero nos ha costado un par de intentos y casi nos cuesta medio presupuesto porque en el primer sitio que hemos entrado el café costaba $6,50... no way man!
Luego de compras por el SoHo y Tribeca... la locura de los vaqueros: Levi's y Calvin Klein entre $30 y $40 y los españoles como una plaga llevándonoslos de 3 en 3
De camino al Madison Square Garden la anécdota del día: al doblar una esquina dice Edgar: "mira quién está aquí"... y eran ¡Fernando, Asun y sus hermanos! Para que luego digan que NY es grandísimo y que te sientes un ser anónimo e indistinguible de la masa... Nada de eso, el mundo es un pañuelo y en cualquier momento te encuentras con 4 de Zaragoza.
A las 7.30 empezaba el partido de los NY Knicks contra los Charlotte Bobcats en el Madison Square Garden. El partido ha estado muy emocionante, con alternancia en el marcador, alguna jugada espectacular y 4 tiempos muertos en el último minuto de partido. Experiencia NBA completa con himno americano interpretado en directo por un ex-American Idol, animadoras, acróbatas en los intermedios, pizzas y coca-colas. Además estaba de espectador Michael Jordan y unos de Valladolid que estaban en la fila de delante nuestro. Pobrecillos, creo que les hemos desvirtuado el espectáculo: no es lo mismo ver un partido de la NBA rodeado de fans americanos que tener a unos de Zaragoza animando a los knicks al mas puro estilo zaragozano: "Ole maños, ole!"
La cena ha sido a base de helado y cookies en el apartamento... estamos R-E-V-E-N-T-A-D-O-S. Mañana más.
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