Este año nos fuimos con Diego y su mujer Magdalena a recorrer Escocia. Ellos vinieron solo la primera semana (es lo que tiene la paternidad responsable). El plan era recorrer la región desde Edimburgo hacia el norte, con un coche alquilado y durmiendo en bed&breakfast que buscábamos cada tarde.
La primera semana estuvimos en Edimburgo, Stirling, los Trossachs, Oban, Glencoe, Fort William y cruzamos con un ferry a la isla de Skye. Después fuimos hacia el Loch Ness pasando por Eilean Donan, y acabamos en Inverness. Hicimos -como no- la ruta del whisky desde Aviemore hasta Dufftown. Nos tocó ver el España-Alemania de la semifinal del Mundial en Edimburgo, en un pub gigante con 1500 españoles y otros 1500 alemanes. ¡ambientazo! La final la vimos en Inverness, con un poco menos de ambiente (estabamos unos 12 españoles) pero los mismos nervios.
La segunda semana, ya los dos solos, fuimos hacia las Highlands del norte: Tongue, Durness, Inchnadamph, Ullapool y ya de vuelta hacia el sur Strathpeffer, Culloden, Elgin, Fraserburgh, Aberdeen, Stonehaven, Arbroath, Saint Andrews (ambiente espectacular con el Open Británico de Golf), Dundee, Glenshee, el valle del Dee (Deeside) y Glasgow. En Stonehaven pasamos un día entero viendo los Highland Games que se celebraban: lanzamiento de pesos, bailes regionales, exhibición de gaitas y tambores, Tug O'War (soga-tira), tossing the caber (voltear troncos), etc.
Hemos visto mil castillos (teníamos el Explorer Pass con barra libre de castillos) y cinco mil lagos. Paisajes espectaculares, tiempo regular (en general bueno pero algunos días nos ha llovido a cántaros), cerveza fresquita y comida buena (para ser el Reino Unido). En este apartado, lo mejor los desayunos con todo: huevos, bacon, tomate, setas, salchicha y hagis incluido.
En general un viaje muy recomendable para escapar de los calores estivales.
